jueves, 23 de noviembre de 2017

A que no hay huevos

OCTUBRE 2010

Llevo corriendo, con cierta asiduidad, dos meses. 
A mi bola. Que una semana apetece, salgo tres días. Que no apetece en toda la semana... paso. 

Pero ese día me llama un amigo. Un amigo que también corre. Pero que vive a 500 kms. Un amigo que ahora corre. Porque cuando nos hicimos amigos todo nuestro conocimiento atlético llegaba sólo a Larios. A la ginebra Larios, no al club de atletismo.

Pero mi amigo me llamó para ofrecerme un plan...
- ¿Nos vamos en marzo a correr la media maratón de París?
- Si acabo de empezar a correr, eso... ¿cuántos kilómetros son?
- 21... pero tienes para entrenar hasta marzo
- Pero 21 son muchos kilómetros...

Y entonces al otro lado del teléfono sonó la frase mágica... "¡¡A que no hay huevos de correrla!!"



NOVIEMBRE 2017

Cuánto daño hizo aquel ¡¡a que no hay huevos!!
Corrí París. Y me gustó y me enganchó. 
Sigo corriendo. 7 años, 11 maratones, muchas medias y un montón de carreras más.

Mi amigo ya no corre. Cambio de trabajo, cambio de vida, de hábitos... Ya sabéis. Pero sigue con atención el mundillo runner, desde la distancia. Y se asoma a las redes sociales a cotillearnos.

El otro día hablamos. Era el día después de la Behobia. Su whatsApp fue contundente
- Quiero correr Behobia

Pocas veces me he encontrado una respuesta puesta tan "a botes"...
- ¡¡A que no hay huevos de correrla!!


PD Tener cuidado con quién habláis, y a quién le decís eso de "¡¡A que no hay huevos!!"... Veremos como termina... Continuará. 

lunes, 6 de noviembre de 2017

Ya no queda casi nadie de los de antes...

¿Recuerdas aquella noche en la cabaña del Turmo?
Las risas que nos hacíamos antes todos juntos
Hoy no queda casi nadie de los de antes
Y los que hay, han cambiado…
 
 
No. Yo no empecé a correr un 20 de abril del 90. Con 16 años y pocos meses no tenía yo en la cabeza hacer mucho deporte, la verdad. Como mucho algún partido de fútbol los sábados tarde con gañanes como yo.... ¡¡Maldición!! Con este comentario podréis calcular mi edad...
 
Empecé a correr un día de agosto de 2010. Sí, un día de agosto. Ahí, con dos narices. Aunque para entonces ya había corrido una San Silvestre de Pamplona. Con más intención que acierto, ¡qué sofoco, por Dios!
 
Y no es por ser abuelo cebolleta, pero como ha cambiado el cuento en 7 años. ¿Cómo era eso del running pamplonés en 2010? No llegábamos a una carrera al mes y había tardes en las que en el parque, de 1.500 metros de cuerda, no te cruzabas con nadie. Pero nadie, de nadie.

Eso sí, cuando te cruzabas con alguno casi hasta nos sentíamos colegas. Hasta los más galgos del parque te saludaban, esos que se cruzan contigo a toda leche... Incluso en mi imaginario personal cada uno tenía nombre propio "el que corre nosecomo", "los calvos", "el que siempre sonríe", "la que me encontré en maratón Donostia". A veces pienso que  en su imaginario personal yo soy "el que siempre lleva gorra"... puede ser.

Luego llegó la burbuja, con su overbooking de corredores por los parques y carreras por las calles. Y era hasta difícil encontrarse con alguien conocido entre aquel mogollón... Bastante teníamos con hacer bonitas coreografías grupales para poder cruzarte y no chocarte, como para saludar.
 
Pero ahora, al menos en Pamplona, a la burbuja se le está poniendo tipín. Quitando dos o tres carreras al año, el running navarro adelgaza en volumen, después de varios años de vino y rosas. Casi todas las carreras caen en dorsales. Algunas estrepitosamente. Y eso se nota en el parque. Sales una tarde al parque, miras a tu alrededor y te das cuenta de que, "ya no queda casi nadie de los de antes, y los que hay, han cambiado"...
 
Por eso, la semana pasada, después de muchos meses sin verlo, volví a cruzarme en el parque con "ese que corre nosecomo". Me hizo ilusión saludarle de nuevo, y me dieron ganas de pararle y preguntarle eso de ... "Pero bueno, ¿tú qué tal? Di... Lo mismo hasta tienes críos"
 
Anteayer se disputó una de las carreras más multitudinarias de la ciudad. El domingo es la Behobia, otra de ellas. Ha llegado el frío y la lluvia, parece que para quedarse. El parque aguantará clientela, a duras penas hasta las San Silvestres. Después se vaciará. Un invierno más. En primavera será difícil repoblarlo... Pero seguiremos unos cuantos por allí, viviendo del recuerdo de las noches en la cabaña del Turmo. Y con ese recuerdo, seguiremos por allí los Novatillos, y ya puestos hasta igual preparamos un maratón para primavera de 2018.
 
 
Quien iba a decir que un grupo de Valladolid elegiría una borda de montaña en Huesca para su canción. Con ustedes, la cabaña del Turno

NOTA Y si ya no queda casi nadie de los de antes en mi parque, ni os cuento en la comunidad blogger... Una lástima que hayamos caído a la inmediatez del "like", con lo mucho que aprendí yo por aquí