Cuando era niño. En todas las clases del cole había un listo. Lo que venía a denominarse "el listo de clase". Era parte del mobiliario indispensable. En todo aula había, siillas, mesas, pizarra... Y un listo
Era odioso. Al menos yo lo odiaba. Era el típico que sólo se estudiaba el tema 4, "porque seguro que cae". Y luego te acordabas de su familia cuando el profe no te preguntaba ni el tema 3 ni el 5, sino el de enmedio.
Estoy convencido que para estas alturas, ya ha habido algún "listicidio". Alguno, que lo odiaba tanto como yo, ha terminado con la dictadura del sabelotodo de clase. Lo mismo en el telediario de Piqueras (el que siempre informa de palabras que acaban en -idio) ha salido ya alguno.
Una vez que terminas de estudiar descubres que el listo no es exclusivo de la EGB. El runner debe soportar a otro listo. "El hombre del tiempo". El muy listo lleva toda la semana amargándome los entrenos... Cuando dice, "va a nevar", nieva, y cuando dice "va a llover" llueve. Como cuando el otro decía "el tema 4".
Por eso, llevo una semana odiando al listo de clase. Toda la semana viendo cómo clava el pronóstico. Corriendo entre la lluvia, la nieve y el barro del parque. En unas condiciones en las que bajar de 5'/km me ha costado la vida misma. Uffff. Maldito listo.
Pero claro, ¿qué dijo ayer el listo?. Que hoy no iba a llover, que haría bueno. Dicho y hecho. Hoy hace sol. Pero ¿sabéis que os digo? Que no voy a estar todo el día pendiente de ese listo. Hoy no entreno. Me espero hasta el domingo. Y que sea lo que Dios, o el listo, quiera.
Mientras tanto, voy a ver si me estudio el tema 4. No vaya a ser que el listo tenga razón y al final caiga.