jueves, 31 de julio de 2014

Ya es verano en mi parque

Novatillo comenzó a correr un verano. Exactamente en agosto. Los inicios fueron en ese parque, al que ahora, chuliqueándose, llama "su parque". No engañaba a nadie. Llevaba en la frente escrito el cartel de "recién llegado". Seguro que, muchos de los corredores con los que me crucé aquel verano pensaron aquello de, "Mira, otro corredor de verano". 

Porque en mi parque con el cambio de estación cambia el tipo de corredor. Supongo que eso pasa en todos los sitios. Pero el tío que está allí en helándose el moco en febrero no es el mismo que se acalora en agosto. O si lo es, parece otro. Así son los corredores de mi parque cada estación. 


CORREDORES DE VERANO

Mi parque. Verano



  • Los que llevan allí desde antes del verano. Te los cruzas y te miran con cara de "tú eres de los míos". Llevan tiempo corriendo. Pero ahora se nota que han bajado su nivel. Corren menos distancia y a menos ritmo. Diría que alguno incluso ha echado barriguilla. Todos están morenos. Pero no moreno de playa. Moreno de interior, de parque. Están en el descanso del guerrero. En periodo entreguerras. Pero es un descanso activo. El único que se le ocurre al corredor veterano.
  • Su lema es: "Que el otoño, con sus medias y sus maratones te pille entrenado".



  • Los que acaban de llegar. Están ahí sacando el alcohol de Sanfermines. O engañados por un amigo de la categoría anterior. O sin más, aprovechan el buen tiempo. Muchos, salen a las horas de más calor, pensando que el buen clima (para echar unas cañas en una terraza) también lo es para correr. Pronto descubrirán su error. Se les ve gente esforzada. No sabemos si son gente pertinaz. Si no lo son, nunca pasarán de esta categoría. Como mucho, volverán el verano que viene. 
  • Su lema es: "Mejor otro verano me apunto a natación"



CORREDORES DE OTOÑO

Mi parque. Otoño



  • Los postureros. Es la época del postureo por excelencia. El momento del "corredor Behobiano". Aquel que aún cree que correr la Behobia da caché. Llega a su clímax el día en el que reparten en Pamplona dorsal y camiseta de la Behobia. Ese día, se pone la camiseta casi sin sacarla de la bolsa. No le importa que aún falten tres semanas para la carrera. Ni que haya más de 2.000 navarros inscritos. Se cruzan contigo, te ven con una camiseta de un 5k de pueblo y sacan pecho. Piensan... "yo soy Behobiano"
  • Su lema es: "No correr la Behobia es de perdedores". 


  • Los que ultiman su maratón. No hace falta que lo juren. Esos van a por un maratón. Valencia, Málaga, Castellón, Donosti... da igual. Se nota que llevan mucha preparación detrás. Ya van a ritmo, y están dando vueltas y vueltas al parque como un hamster. Te adelantan a toda leche infinitas veces. Suelen llevar la camiseta de su último maratón. No sé si por intimidar o por buscar motivación mirándose al pecho. 
  • Su lema es: "Venga, que enseguida llega el tapering". 



CORREDORES DE INVIERNO.

Mi parque. Invierno


  • Los "Objetivo San Silvestre". Surgen los días de clima más benigno. Fácilmente reconocibles. Nunca los has visto antes. Corren en pareja, con amigos o en grupo. El 31 de diciembre saldrán a correr disfrazados de pollo o de monja. Por eso entrenan con un rollo más festivo que competitivo. No se pican contigo. Llevan con la calma del "corredor a tiempo parcial" que alguien les adelante. 
  • Su lema es: "A dónde irá toda esa gente tan rápido... si es que van como locos... cualquier día va a pasar algo".


  • Los que nunca paran. Aparecen el día más crudo del invierno. Ese día que caen chuzos de punta. O cuando nieva. Son delgados, enjutos y curtidos. Miran con mirada de killer y apenas van abrigados. Siempre cruzan los charcos por enmiedo. Son de los que disfrutan chapoteando el barro. 
  • Su lema es "Total, si sólo son cuatro gotas de nada". 



CORREDORES DE PRIMAVERA. 

Mi parque. Primavera

  • Los que están en su pico de forma. Muchos preparan a conciencia la media maratón de la ciudad. Que luego aparece la clasificación en la prensa y hay que chuliquearse. Otros vuelven a por otro maratón. Estos son los mismos que se machacan en otoño. Y para tu desgracia vuelven a adelantarte sin piedad. No están mucho por el parque. Están aprovechando en boom de las carreras para "coger el punto". 
  • Su lema es: "Estoy mejor que nunca". 


  • Los del propósito del 1 enero. Juraron con la copa de cava en la mano que volverían al deporte. Pero ha estado cinco meses lloviendo sin parar. O, al menos eso dicen ellos. Hoy es el primer día que cumplen su propósito. Corren a un lado del camino. Muy prudentes. Temen tener un accidente con los galgos de la categoría anterior. Corren con mucho esfuerzo y poco fruto. Pero con la satisfacción del que cumple la promesa. Y con la idea clara de no volver a jurar nada delante de los niños esta Nochevieja.
  • Su lema es: "Otro año me apunto al gimnasio, que al menos, a ratos te sientas".


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A todo esto, los Novatillos han vuelto poco a poco a su parque... Todavía no sé en qué categoría encuadrarnos....

martes, 22 de julio de 2014

El año en el que nos hicimos maratonianos

¿Dónde estabas el  9 de junio de 2013?
Tú no recuerdas dónde estabas, yo casi tampoco. Pero puedo decirte dónde esaba Novatilla.
Ese día, estaba "haciendo una prueba". ¿Una prueba?. Sí.

Días atrás las paredes de "Villa Novatillos" habían escuchado una conversación. Una conversación más o menos como esta. 

- NOVATILLO. Me he decidido. Voy a intentar hacer un maratón. Hablan muy bien de Valencia, en 
noviembre. Sería cuestión de empezar a entrenar después de Sanfermines.
- NOVATILLA. Espera, espera un poco.
- NOVATILLO. ¿Qué espere a qué?
- NOVATILLA. A que haga una prueba. Si sale bien, yo también me inscribo.

Y su prueba fue sencilla. Correr 30 kilómetros. Así, tal cual. Sin anestesia. Además tocó un día de lluvia infernal. Típico de Mordor. Novatilla nunca había pasado más allá de la media maratón. Pero pensó. "Si soy capaz de terminar bien 30kms, terminaré una maratón" Y los terminó. Y bien. Empapada, pero bien. 

Y ahí empezó la temporada 2013-2014. El año en el que nos hicimos maratonianos. El resto fue sencillo. Fue cuestión de correr. Correr mucho. A ratos más rápido y a ratos más lento. A ratos vigilando lo que ponía el reloj. A ratos haciendo el hámster. A ratos con dorsal, y la mayoría de los ratos sin él. Fue cumplir aquello que llamáis "plan de preparación del maratón". Y conseguir terminarlo. 

Y ¿por qué fue un año diferente? Porque vivimos cosas como estas.

17 de noviembre de 2013. Maratón de Valencia
(foto www.marathonphotos.com)


Y como estas.

13 de abril de 2014. Maratón de Rotterdam
(foto www.marathonphotos.com)


Y nos regalaron cosas como estas.

Medallas para los FINISHER y además, para ellas una rosa blanca


También corrimos carreras, muchas carreras. La mayoría separados




Y algunas juntos

Diario de Noticias del 2 de junio. Edición en papel
Novatillos en acción en la Marcha contra el Cáncer

Y casi todas con la gorrita fosfy, he dicho casi todas. Una San Silvestre bien vale un arbolito de Navidad.

San Silvestre de Pamplona
(foto www.deporbox.com)


Así fue el año en el que nos hicimos maratonianos.
Comienza el año 2014-2015. Arrancamos.


jueves, 3 de julio de 2014

Disputar vs disfrutar. Mi crónica de San Fermín Marathon

Km28. Son casi las 23.00 horas.
Hace mucho que se hizo de noche. Hace aún más que se hizo el silencio.
Escalamos la última gran cuesta del recorrido. Poco a poco. Paso a paso. Mirando el suelo.
Silencio. Anclados a la cima de esa cuesta nos esperan dos matrimonios de unos 60 años.
No me engañan. Realmente no son público. Vienen de echar un vino y se van para casa.
Pero se cruzan con dos camisetas moradas, con dos caras de esfuerzo,
con dos intentos de cumplir un reto. De alcanzar una meta.
 
Y se paran. Y se ponen junto a una valla. Y aplauden. Y animan.
Y nos jalean como se jalea en una tierra de gente dura.
De gente que levanta piedras o corta troncos por diversión.
Nos jalean con voz recia. Como se habla aquí, con voz recia y palabra sincera. 
Como se come aquí, como se bebe aquí,
y como se celebra aquí, sobre todo a partir de las 12 horas del 6 de julio.
Víspera de San Fermin.
 
 
Esa era mi petición a San Fermín,
clara y sencilla. ¡¡Y el santo me escuchó!!
 
 
 
San Fermín Marathon sería mi tercer maratón. Tras Valencia y Rotterdam. Pero, desde que terminé Rotterdam supe que sería diferente. Salía apuntado en mi hoja de Excel. Mis entrenamientos me guiaban hacía él. Mi corazón quería hacerlo. Mis piernas lo entrenaban. Pero mi cabeza lo rechazaba. Mi cabeza no quería disputarlo. Quería correrlo, pero no disputarlo.
 
 
Pero si no se sale a disputar, se puede salir a disfrutar. Y todo se puso de cara. Por supuesto, Novatilla me acompañaba en esta nueva aventura, una vez más. Aunque ella, con buen criterio, "bajaba de distancia" a correr la media maratón. Mi amigo "El tractor de la Pobla", se venía desde Valencia a correr la media. E incluso, la mítica Yolanda, la Pingüina Veloz, se inscribió a la maratón. Por si todo fuera poco, un montón de amigos y conocidos pamploneses tomarían parte de las tres distancias que se ofrecían 10k, 21k y Maratón. Muchos de ellos debutando en las distancias.
 
 
 
Orgullo de pertenecer al, cada día más grande,
equipo del Reto Dravet. Enhorabuena a todos.
 
 
En la previa de la salida, dos Novatillos y una fosfy
 
 
Y, reconozco que para mi sorpresa, el resto de los ingredientes para disfrutar los puso la ciudad, mi ciudad, Pamplona. Una ciudad a la que adoro, pero con la que soy muy crítico. Una ciudad que parecía siempre despreciar el esfuerzo de los corredores. Una especie molesta para ellos. Pero el sábado la realidad me calló la boca. La maratón, como quien echa sal a la ensalada, esparció gentes por todos los rincones del recorido. Gentes dispuestas. Gentes animosas. Gentes entregadas. Voluntarios, policía, público, amigos, conocidos, desconocidos. Regalándonos su aplauso, su mano para chocar, su grito de ánimo o su sonrisa.  
 
 
 
Impresionante la cantidad de público esperando
la salida de los corredores de la maratón.
(Foto deporbox.com)
 
 
 
 

Primeros metros
 
 
Ya habréis leído en la crónica de la carrera del blog de Pingüina Veloz que corrimos juntos. Fue otro de los grandes alicientes de la noche. Ella lo cuenta mucho mejor que yo. Fue una noche dura. Una noche más de silencios que de palabras. Más de miradas que de sonrisas. De valorar la compañía del que tienes al lado. Pero sabíamos a lo que veníamos y una vez más comprobé una cosa. Sabida, pero en ocasiones ignorada. El maratón no es cosa de chuliqueos. Muchos factores que hacen que los 42195 metros te dejen desnudo. Con tus miserias al aire. Y algo así sucedió esa noche. Pero, Pamplona supo entenderlo.
 
 
 
Bajo la noria de Sanfermines.
 
 
Y Pamplona nos regaló muchos momentos. El estrecho pasillo humano en Corralillos chocando manos de mayores y de pequeños. Los "aupas" a corredores conocidos con los que te cruzabas en algún tramo. Ese "aupa neska!" (¡¡ánimo chavala!!) recurrente para la chica que circulaba a mi vera. Las familias animando desde los balcones. La sonrisa de los voluntarios en aquel rincón alejado del centro de la ciudad. La cuadrilla de botellón que te anima sinceramente. Ese policía municipal que te mira y te dice "Ánimo, que ahí delante está el km32". Sólo puedo repetir aquí una palabra que repetí cientos de veces esa noche. GRACIAS.
 
 
Y los que me aprecian me hicieron otros muchos regalos. La Novatilla atenta a todo en la previa. Mi sobrina emocionada de ver a sus tíos corredores antes de la salida. Los aplausos y gritos de compañeros de trabajo, de conocidos, de amigos. Mi hermana, mis sobrinos por primera vez viendo una carrera. La conversación con Ximo mientras lo cazábamos en el último gran repecho del recorrido. Las fotos de mi cuñado en el km29. #lasmuetasquecorren en hilera, ofreciendo la mano a chocar, animando como locas y sacando fotos a la vez. Momentos en los que te das cuenta que no todo es disputar. Que ese día no era importante disputar. Aquello era puro disfrutar.
 
 

Todos tenemos un cuñado que hace fotos en las comidas familiares,
el mío además hace fotones como estos en San Fermín Maratón
(izda Novatilla haciendo la media, derecha Novatillo)
 
 
 
 
Aquí nos animaban a tope #lasmuetasquecorren. ¡Mil gracias!
Foto @arribalabirra.
 
 
Y así pasaron los kilómetros. Unos más rápido que otros. Unos más animados que otros, unos más duros que otros. Algunos en silencio, otros no. Fueron cayendo la veintena, la treintena y la cuarentena. Y justo en aquel giro a derechas, pasado el Ayuntamiento, pasado el kilómetro 41, fue cuando me ví FINISHER por tercera vez. Sin disimular mi alegría miré a mi lado y recuerdo que le dije a La Pingüina Veloz:
 
 
- Puede ser que se nos escape otro maratón.
Pero este no se nos escapa, este es nuestro.
Ahí detrás está la plaza de toros. ¡Vamos!
 
 
Era el km41, eran casi las 00.15h, pero aún faltaban cosas. Cruzar la calle Espoz y Mina entre un pasillo de gente. De gente, que aunque estuviera en la terraza de un bar no sólo miraba. gente que animaba sinceramente. Con aplauso fuerte y voz recia. Como se anima aquí. Volvieron los pelos de punta. Me giré a los lados y aplaudí al público. No sabía como agradecérselo a toda esa gente.  
 
 
 
A mi me fascinan mucho más los que estaban allí animándonos
 
 
 
Y al fondo del pasillo surgió la Novatilla, vestida de calle, duchada, con ropa de recambio para mi. Finisher de su enésima media maratón. Había tenido que esperar un buen rato hasta nuestra llegada. Y aún así apareció por sorpresa y se puso a nuestro lado y trotó con nosotros unos metros, que aunque fueron pocos, supieron a mucho. Esto es disfrutar.  Y es lo que tocaba. No tocaba disputar.
 

Una pentamaratoniana y un trimaratoniano pisando la arena de la plaza
haya pasado lo que haya pasado antes,
terminar una maratón siempre es un momento de felicidad.