"Devil came to me
And he said: I Know what you need
Devil came to me
And he said you just follow me"
And he said: I Know what you need
Devil came to me
And he said you just follow me"
No es broma, pero la mejor sala de recreativos de Pamplona estaba en el sótano de una iglesia. Con sus billares y todo. En el sótano de una iglesia...
Y estaba hasta hace no tanto. Hasta un tiempo en el que Dover aún hacía música, y no como se llame lo que hace ahora. Si cierro los ojos, recuerdo aquella vetusta sala de videojuegos y veo a uno de mis amigos jugando a una "maquinita" de snowboard con el "Devil came to me" de Dover, sonando en bucle.
Tenía su punto que en los bajos de la una iglesia la música nos contara una conversación con el diablo...
Eramos más jóvenes, y Dover hacía música.
Nos gastábamos los cuartos en máquinas de deportes, de lucha o de coches. Pero había más máquinas. Por ejemplo, las de reventar burbujas. Eran unas máquinas, más "de chicas". A nosotros, que íbamos de machotes de principios de los 90, eso de reventar burbujas nos parecía una moñada, pero tenía su público.
El Puzzle Bobble Arcade, un clásico de entonces
Ahora, los cuarentones a los que nos da por vestir con lycras de colores estamos asistiendo al estallar de otra burbuja. Al menos aquí en Navarra. La burbuja runner.
Aquella que alimentó decenas de carreras sin alma, varios cientos de grupos de corredores populares, miles de blogs malos, como este, millones de artículos en revistas ¿especializadas? sobre "Corra su mejor 10k" e incluso un libro en el que alguien... que supongo lo dice en serio... afirma que "Correr es vivir a tope de power".
Se nos está acabando el power señores.
En mi parque sigue habiendo corredores. Casi a cualquier hora. Pero son corredores que yo llamo recreacionales. Correr les gusta, les hace sentirse bien, les da la satisfacción de hacer ejercicio o de perder peso.
Pero la burbuja ha estallado en las carreras. El bajón de venta de dorsales es alarmante, para los organizadores, y lógico para quien lleve algo de tiempo en este negocio. Como muestra, aquí están llegados a meta de tres de las carreras más emblemáticas en Navarra.
¿Otro ejemplo? La Behobia San Sebastián, aquella carrera que hace 3 años vendió todo en 24 horas, y que hace dos años lo hizo en 7 días, cerrará el jueves inscripciones "comiéndose dorsales". Y así muchas otras...
Está estallando la burbuja, señores. Pero sobreviviremos. Somos una generación curtida. Si sobrevivimos a la burbuja de las tiendas de telefonía móvil, a la de los locutorios, a la de los "compro oro", a la de los yogures helados, a la de los cigarrillos electrónicos y a la más reciente de los centros de electroestimulación... Os juro que de esta también saldremos...
Yo mientras tanto, me voy a comprar un par de dorsales este fin de semana, que uno es un #tontomotivado, con burbuja o sin burbuja...
Muy Interesante entrada...pero la burbuja sobrevive.. Has publicado 2 entradas en 8 días...
ResponderEliminarCuando empecé a correr, algo después de que cerraran la sala de juegos Carlos III, las camisetas en las carreras eran de algodón y había San Silvestre, una media maratón, la Hiru Herri y la carrera con más participantes de Pamplona se celebraba en la provincia limítrofe. No sé si estalla o se reajusta pero cambia
ResponderEliminarInteresante! creo que la burbuja bajará y se adaptará...
ResponderEliminarAhora los ojos están en el triatlón y carreras de ultra trail que parece que es la nueva panacea!! ya veremos!!