¿Qué hacer cuando Novatilla se topa con unas flechas en el suelo, como de una carrera popular, al lado de casa? Son fiestas del barrio. Podría ser.

Pero es el sábado. El día en el que ibas a correr. El resto del fin de semana se los has prometido a tu sobrina. Para ella. Para eso son fiestas.
Pero, quieres correr una media maratón en octubre y hay que cargar kilómetros. Corriendo sólo 4,2 kilómetros no haces nada.
Pero vives en una ciudad famélica de carreras, por eso te apetece correrla...
Le das unas cuantas vueltas en tu cabeza, y en estas llega el día de la carrera. El sábado.
Te levantas, desayunas y te pones la ropa de correr. Sales al parque a entrenar. Te cruzas varias veces con la Novatilla. Corres 10.9 kilómetros a 4'56''. Vuelves a casa, subes trres pisos de escalera corriendo, te cambias de camiseta, bebes agua, bajas los tres pisos de escaleras, vas a la salida trotando, te inscribes, inscribes a la Novatilla, te pinchas el dorsal en el pecho y cumples tu deseo...
Suena la salida y callejeas por el Casco Viejo. Los turistas, sorprendidos te aplauden. Bajas, bajas, y sigues bajando hasta un parque al lado del río, lugar típico de entrenos. Cruzas un bonito puente medieval. Sigues corriendo por zona conocida, lo disfrutas.
Al fondo ves a aquella chica que sabes que corre a tus ritmos. Intentas alcanzarla. Con cuidado. Recuerdas que más allá hay una cuesta de esas que se hacen pesadas. Llevas 11km de entreno en las piernas, pero procuras no recordarlo.
Alcanzas a la chica, subes la cuesta más rápido de lo que crees y vuelves a tu barrio. Callejeas por donde pronto saborearás pintxos y cervezas, te jalea una charanga, te sonríen un montón de voluntarios, pasas por debajo de casa y afrontas la recta de meta.
Haces algo parecido a un sprint y completas 4200 metros en 18'21''. Mucho más rápido de lo que pensabas. Bebes, estiras y ni recuerdas que al final hoy has hecho casi 15 kilómetros. Esperas a la Novatilla que hace otro tiempazo. Aplaudes a la gente que llega a meta.
Recorres los 150 metros que te separan de casa, terminas de estirar, te duchas y te queda el resto del fin de semana para ti. Para tu plan previsto de antemano. Recoges a tu sobrina de cinco años. Esta tarde la pasarás con ella a hombros siguiendo a los gigantes y huyendo de los cabezudos que nos quieren pegar... Y mañana más de lo mismo... Por eso has corrido en sábado... Porque le prometiste el fin de semana en tu casa....
Asi fue cómo el Novatillo empezó un entreno y terminó una carrera.