MM Edimburgo. La hermana pequeña

Ser el hermano pequeño tiene sus ventajas. Cuando eres niño, siempre tienes hermanos para jugar, heredas juguetes que a ti te parecen un tesoro, te ayudan en las tareas del cole... De adolescente tienes otras ventajas. Sigues el camino marcado por tus hermanos en temas complicados de negociar como cuánta paga te darán o hasta qué hora te puedes quedar por ahí en Sanfermines. El hermano pequeño no tiene que negociar, se encuentra el camino abierto.

Pero tiene también sus desventajas. Aunque seas físico nuclear y trabajes en la NASA, en tu familia siempre te verán como aquel niño que paseaba por casa en pantalón corto. Tu opinión valdrá como eso, como la del niño en pantalón corto y te mirarán con esa cara de... "niño, deja hablar a los mayores de sus cosas".

Eso mismo te pasa cuando vas a correr una media maratón (la hermana pequeña) y ese día hay un maratón (la hermana mayor). Y eso mismo nos pasó en Edimburgo...

 Algo grande pasaba en Edimburgo ese domingo

En el hotel, en los pubs, en los restaurantes... todo el mundo nos miraba como a niños con pantalones cortos cuando decíamos que íbamos a correr la "half marathon". Durante varios días vivimos cómo el ídolo del camarero del hotel era un italiano que terminó la maratón en ¡¡6 horas!!. Sin embargo, cuando le conté mi 1h39 en la "half", se quedó mirándome como las vacas viendo pasar el tren...

Pero, de vez en cuando mola ser cabeza de ratón y no cola de león. Acredité para la carrera mi MMP en Pamplona (1h36') y eso me dio acceso ¡¡al primer cajón de los 5 que había!! Vale, no era maratoniano, pero era un "pro" en la carrera pequeña. Me di el gustazo de mi vida cuando uno de los "stewards" me dejó pasar a calentar ¡¡delante de la línea de salida!! al ver mi dorsal naranja. Como a los pro.

Incluso el clima también se alió con "nuestros hermanos mayores". "Los pequeños" salíamos a las 08.00 am y tuvimos que bregar con un sol abrasador (allí amanece a las 05.00). Mientras el hastag #pamplonaesmordor triunfaba en Twitter, Novatillo se abrasaba corriendo por Edimburgo. El mundo al revés... Sin embargo, a nuestros hermanos mayores, los maratonianos, que salían a las 10.00, les dejamos un cielo perfectamente encapotado, perfecto para correr.

Fue una carrera muy agradable. Salvo por el calor. Puro "run for fun". Un pequeño tramo por el centro, con muchas zonas de parque alrededor y buen número de kilómetros al lado del mar. Salí, fiel a mi costumbre, como pollo sin cabeza.

Llevar delante a una chica con coletas es como

correr con un limpiaparabrisas activado delante de los ojos

Marqué un alocado, 44'59'' en el 10km. Me fui quedando sin gas conforme avanzaba. Me tiré todo el agua que pude por encima en los avituallamientos y sufrí cual perro en las últimas 3 millas. Todo bajo control. Como estaba previsto. Mejor no intentar marca tras una jornada de 10 horas de turisteo intensivo.

Al final marqué un tiempo de 1h38'46''. Que, para mí, todo lo que sea bajar de los cien minutos, me parece que está requetebién...

Intentando no piñarme con el suelo extraño

de goma que pusieron en la zona de meta.

Eso si, como los hermanos mayores son buena gente, cuando cogimos el bus de vuelta a la ciudad, desde las ventanillas, nos dejaron verles un poco haciendo "sus cosas de mayores". Corriendo el maratón...

PD1 Edimburgo es una ciudad más que recomendable para visitar unos pocos días. Bonita. Rodeada de preciosos paisajes donde se come y se bebe fenomenal.

PD2 ¿Os cuento lo peor del viaje? El montón de emigrantes españoles que vimos en Edimburgo buscándose la vida. Pasé mucha pena viendo su tristeza al hablarnos de España. Ojalá puedan volver pronto.