Metida
de lleno en el plan de preparación de Sevilla no me di cuenta. Pero un domingo
de febrero, cumplí 4 años corriendo. No fue un domingo cualquiera, fue aquel
domingo que nevó tanto en Pamplona y que salimos a nuestro parque a entrenar
sobre la nieve. Porque había que cumplir un plan. Porque había que preparar un
maratón.
He descubierto algo a lo largo de estos cuatro años. Puede parecer lógico,
pero he descubierto que me gusta correr, y mucho. Sobre todo me gusta tener un
plan, una meta. Sobre esa planificación ir trabajando. Salir a correr ese plan,
a completarlo. Y dentro de cada plan de
entrenamiento con lo que más disfruto es con la tirada larga. Salir de casa,
ponerte tu música y correr a tu ritmo, largo, lejos y a tu ritmo.
Quizás
por eso el entrenamiento para Sevilla no me costó nada completarlo. Es más, no
sólo no me costó sino que me gustó. Me notaba más suelta corriendo. Más
corredora. Cada día iba mejor, mejorando en tiempos y sobre todo en
sensaciones. No tuve ningún dolor, conseguí completar todos los
entrenamientos... perfecto.
Cuanto
te sale un plan de entrenamiento perfecto, en carrera sólo cabe una táctica. Arriesgar.
Si no lo hubiese intentado, me hubiese arrepentido de no intentarlo, o sea que
había que probar. Tenía una MMP en maratón
de 4h14’38’’, pero tenía una marca en la cabeza. Intentar 4h10. Esa era la
táctica.
Corriendo por sensaciones
(TODAS LAS FOTOS marathonfoto.com)
En cualquier caso, no quería agobiarme a mi misma. Pensé en correr no mirando mucho el reloj, corriendo más por sensaciones, viendo en cómo me llevaban las piernas y sólo comprobar ritmos en momentos puntuales.
¿Se puede disfrutar corriendo maratón?
Sí, se puede
En la salida tuvimos buenas noticias. Hacía fresquito. Temperatura ideal para correr. A mí el calor me sienta fatal, me agota. Pasé los 10 km en 57 minutos y la media en 2h2’. Demasiado rápido, pero muy contenta, con buenas sensaciones y muy arropada con el público sevillano.
¡Gracias Sevilla!
Pero a partir del kilómetro 30 (las 12 del mediodía de un día despejado en Sevilla) me fui desinflando. Fui acusando el calor y perdiendo ritmo. A mi alrededor la gente lo iba pasando también mal y mucha gente caminaba. Pero yo no me rendí. Seguí, seguí y seguí e iban cayendo los kilómetros sin echar a andar y empujada por gritos y palmas de la gente que nos animaba.
¿Qué toca sufrir? Ya sabíamos que esto es maratón
Hice una maratón de 30 km perfecta, y la verdad no me arrepiento, sé que tengo piernas para hacer mejor tiempo, y que todo lo entrenado en otra carrera se reflejará. Aún así, pude bajarle 26 segundos a mi anterior MMP y dejarla en 4h14’10’’
Últimos metros en el estadio apretando
para que no se escape la MMP
Mi
objetivo principal era conseguir la MMP y disfrutar. Me lo pase genial. Cada vez
que me vienen imágenes de la carrera a la cabeza sonrío. Sobre todo gracias al
público y a los voluntarios. Nunca olvidaré sus palmas, ánimos y los gritos de
“guapa, guapa, guapa” que escuché. En varios tramos se me pusieron los pelos de
punta.
Aunque
se me fueron los tiempos, acabé feliz, súper contenta de haber elegido Sevilla
como maratón de este año.
Fue
la guinda de un bonito fin de semana en el que pude conoceros a algunos de
vosotros. Fue un fin de semana de diez, espero que organicemos otra “maratón
objetivo” para el próximo año y así volvernos a ver. Y, eso sí, que esta vez,
todos, todos, acabemos el maratón, así si que será un maratón perfecto.